Ser Persona = Buen Carácter.

Los seres humanos somos mas que un cuerpo material, somos un alma espiritual eterna que transitoriamente habita en el plano material, esto determina que circunscibir la esfera de acción del ser humano al plano terrestre es limitar su potencia y capacidad.
Ignorar que somos seres espirituales es como tener un cofre lleno de tesoros y riquezas y no utilizarlos nunca, desconocer nuestra esencia espiritual es limitar nuestro radio de acción, en definitiva es vivir a medias.
Esto no significa que el plano material sea menos importante que el espiritual, por el contrario, debemos aprovechar al máximo las oportunidades, experiencias y situaciones que la vida nos presenta en este mundo material.
Ser concientes que somos seres espirituales es procurar tomar el timón de nuestras vidas y dejar de ser una hoja llevada por el viento. Por ello las Enseñanzas Yorubas dicen que el propósito más importante que tiene un ser humano sobre esta tierra es ser Persona. Ser Persona es establecer un vínculo con el Espíritu o Alma Inmortal que cada uno es, es decir es estar guiado por lo Sagrado que reside en el interior de cada uno y ello es posible cuando se desarrolla el Buen Carácter. Un dicho de la religión Yoruba dice:
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"Su carácter en la tierra, proferirá sentencia contra usted"
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Esto significa que es nuestro carácter el que determina el resultado de lo que obtenemos en la vida, esto llama a ser responsables de nuestros comportamientos, recordando que la esfera de acción no solo se reduce al plano físico sino que también incluye el plano mental, el de los sentimientos y el espiritual. Se cosecha lo que se siembra, o dicho de otra manera, la siembra es voluntaria, la cosecha obligatoria.
La persona enfrenta en su vida el Destino, que eligió en el cielo (según los yorubas) y este destino moviliza a desarrollar el Buen Carácter y de esta forma adquirir Sabiduría.
La Religión Yoruba es la Sabiduría Primordial que revela la Unidad que existe entre todos los habitantes de la tierra, independientemente de la nacionalidad, del color o del credo. Se basa en la premisa del Respeto a toda manifestación de vida. El respeto a los ríos, los mares, los árboles, las montañas, los animales y a todos los que habitamos la Madre Tierra, que compartimos la vida y en la que el ser humano no es más que el resto de la Creación.
La Creación no está para ser explotada y mal tratada con un sentido egoísta, que denota ignorancia, sino que se debe coexistir en forma armónica y beneficiosa para todos, teniendo conciencia que somos un eslabón en la manifestación de la vida respecto del todo y con una responsabilidad concreta con respecto de las generaciones futuras.
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Al reverenciar cada manifestación de la naturaleza, se establece una conexión con las entidades espirituales que habitan en ella, esto es una fuente de poder.
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Quiero rendir mi homenaje a todos los seres humanos que tienen la valentía de escuchar la voz de su corazón, a todas las personas que enarbolan la bandera de la rebeldía, a todos aquellos que resisten a este mundo hipócrita, hedonista, consumista y mercantilista.
Sabemos que rechazar los valores impuestos por el mundo viejo genera lucha, postergación, pérdidas, soledad, incomprensión y un sin fin de problemas que transando con lo vetusto y lo retrógrado se podrían evitar. Además todo progreso genera resistencia, más aún el espiritual.
La Religión Yoruba procura ayudar a que la persona supere las dificultades que la vida le presenta y que tenga éxito no solo material sino también alcanzar una plenitud dada por acceder a un estado de armonía con toda la Creación.
A todos mi deseo que amen y cuiden su cuerpo material, que afinen su instrumento (este cuerpo transitorio) en Armonía con la Naturaleza y que la Buena Salud sea el tester de sus acciones.
Alimentos puros para todos y no olvidar que los Pensamientos Positivos son la base del Buen Carácter, del Éxito y del Progreso.
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Sociedad Africanista Agradece los materiales del Baba Irete Yero
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La Felicidad es un derecho inalienable de toda persona, al igual que la Libertad.


Ialorisha Mirtiam t'Oya