viernes, 7 de noviembre de 2008

El valor que tendríamos que dar al Silencio...





....... "Hasta el necio, cuando calla, es contado por sabio". Sin embargo, aunque son muchísimos más quienes defienden el valor del silencio, no faltan los detractores. que afirman que es "la virtud de los tontos", o otros que en la misma linea peyorativa, lo definen como "el ingenio de los necios". Personalmente, y poniéndome del lado del sentido común, pienso que son necesarios muchos años de sabiduria y de experiencias vividas para saber cuándo es tiempo de hablar y cuándo lo es de callar. Por eso, en este tema, afirmo que se necesitan dos años de la vida para aprender a hablar y 60 para saber callar.
La cuestión, por tanto, es saber discernir con exactitud cuando debemos permanecer en silencio. Bien porque hablar no va a conducir a nada o porque si lo hacemos corremos el riesgo de perjudicar a los demás o, incluso, a nosotros mismos. ¨Por qué perder tiempo y energías pretendiendo convencer a alguien de quien se sabe, con toda certeza, que no sólo no va a entrar en razón, sino que va a montar en cólera, se va a sentir fatal e incluso padeceremos nosotros mismos?....... El silencio, en este caso, resulta más rentable. ¨Por qué dar más explicaciones, intentar un nuevo acercamiento y tratar de captar nuevamente la atención, con más argumentos y promesas, de una persona que prometió fidelidad a nuestra amistad y después todo quedo en pirotecnia? Quedar en Silencio rotundo es lo más sensato, porque concidero que..."El silencio es la elocuencia de los que han sufrido". Digan lo que digan, el silencio, el arte de saber callar a tiempo, puede ir cargado de una 'voz', de un mensaje interior más claro y directo que las palabras, y convertirse en el oro del alma. "El gran talento no consiste precisamente en saber lo que se ha de decir, sino en saber lo que se ha de callar". Lo mejor, entonces, seria hacer los primeros pinitos como aprendices de sabio apreciando en su justo valor la oportunidad del silencio....

Ialorisha Miriam ti Oya

jueves, 6 de noviembre de 2008