viernes, 13 de julio de 2007

La Mujer......nuevas reflexiones




Chief Olowo Ifashade Odugbemi




Las mujeres constituyen m
ás de la mitad de la humanidad. Dan la vida, trabajan, aman, crean, militan, estudian, combaten, producen…Ellas garantizan actualmente la mayoría de las tareas esenciales para la vida y la continuidad de esta humanidad. Sin embargo, su posición en la sociedad permanece subvaluada.

Nosotros identificamos al patriarcado como el sistema de opresión hacia las mujeres y a muchos sistemas politicos y religiosos como vectores de explotación (¿Apetebì?) de una inmensa mayoría de mujeres y de hombres por parte de una minoría. Estos sistemas se fortalecen mutuamente. Se fundamentan y se conjugan con racismo, sexismo, misogenia, xenofobia, homofobia, colonialismo, imperialismo, esclavismo y trabajo forzado. Constituyen la base de los fundamentalismos e integrismos que impiden a las mujeres y a los hombres ser libres y gozar de los mismos derechos al desarrollo y el reconocimiento de sus valores espirituales. Generan la pobreza, la exclusión, violan los derechos humanos, particularmente los de las mujeres y ponen la humanidad y el planeta en peligro.

Ante esta triste realidad es imperativo construir otro mundo donde la explotación, la opresión, la intolerancia y las exclusiones no existan más, donde la integridad, la diversidad, los derechos y libertades de todas y todos sean respetados.

Todos los seres humanos y todos los pueblos son iguales, en todos los ámbitos y en todas las sociedades y tienen igual acceso a las riquezas, a la tierra, a un empleo digno, a medios de producción, a vivienda adecuada, a educación de calidad, a formación profesional, a la justicia, a una alimentación sana, nutritiva y suficiente, a servicios de salud física y mental, a la seguridad durante la vejez, a un medioambiente sano, a la propiedad, a cargos de representación política y de toma de decisiones, a la practica religiosa, a la libre expresión, a la energía, al agua potable, al aire puro, a medios de transporte, a las técnicas, a la información, a los medios de comunicación, al ocio, la cultura, el reposo, la tecnología y la ciencia…No hay condición humana o de vida que justifique la discriminación. No hay costumbre, tradición, religión, ideología o sistema económico o político que pueda justificar el poner a una persona en situación de inferioridad, ni permitir actos que pongan en peligro su dignidad e integridad física y sicológica.

Cada persona goza de libertades individuales y colectivas que garantizan su dignidad, en particular: libertad de pensamiento, de conciencia, de creencia, de religión, de expresión, de opinión, de vivir libremente su sexualidad de manera responsable y escoger la persona con la que quiere compartir su vida, de votar, de ser elegida o elegido, de participar en la vida política, de asociación, de reunión, de sindicalizarse, de manifestarse, de elegir su domicilio, su nacionalidad, su estado civil, sus estudios, de escoger su profesión y ejercerla, su manera de desplazarse, de disponer de su persona y de sus bienes, de elegir su idioma de comunicación respetando a la vez las lenguas minoritarias y las decisiones colectivas respecto del idioma de uso y de trabajo, de informarse, de cultivarse, de intercambiar ideas y de tener acceso a las tecnologías de la información.

Todos los seres humanos son interdependientes y comparten el deber y la voluntad de vivir juntos, de construir una sociedad generosa, justa e igualitaria, basada en los derechos humanos, exenta de opresión, de exclusiones, de discriminaciones, de intolerancia y de violencias...

¿Porqué, entonces –nos preguntamos una y otra vez- aún para muchos, las mujeres, los cojos, los que tienen imperfecciones físicas y los homosexuales, no tienen derecho a ser sacerdotes y sacerdotisas de Ifá en ciertos sectores de esta antigua tradición religiosa..?

¿Cómo reconocer la inteligencia, intelectualidad, sagacidad y religiosidad de alguien que es capaz de desconocer los derechos que les asisten a estas personas -tan hijas de Olodumare como todas las demás-, a la hora de reconocer sus derechos inalienables al sacerdocio de Ifa..?


Los hombres (¿porque, quién puede asegurar que fue Orunmila?) han sido capaces de inventarse un Odu Ifá denominado Irete-Untelu en el cual responsabilizan a Orunmila de haber sido xenófo y discriminativo contra la mujer…Y, llegados a este punto tambien nos preguntamos: Y, ¿quién le dijo semejante profana e irrespetuosa idiotez a los hombres..? ¿Dónde está la religiosidad de quienes alardean de ella, cuando son capaces de rechazar el sacerdocio femenino de Ifá o sea, a las Iyaonifas..?

Debemos preguntarnos seriamente, ¿cómo es posible que un hombre nacido de mujer, sea tan irrespetuoso e injusto con las madres de la humanidad, negandoles el derecho que ellas mismas le han legado por nacimiento..?

¡Esto sigue siendo un disparate, estimados hermanos y hermanas..! Aunque con amor y comprensión -¡y, sin más guerritas, por favor!-, pero habrá que seguir como la gota de agua sobre la piedra, dejando caer sobre las cabezotas de estos pobres hermanos, un poco de lógica y razón cada día, ¡y, terminarán asimilando, ya verán..! Y, si no, pues creo que no habrá mas remedio que llenarles la tierra de Iyaonifas a estos hombres para que se den cuenta de una vez por todas de que deben dejar de ser tan injustos y cabezotas…¿No creen?

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