Una verdad obvia e irrefutable es la de que todos los seres humanos sin excepción, tenemos la necesidad de sentirnos amados y bien tratados. No importa la edad, la situación económica, el nivel cultural, la raza, el estado de animo... todos esperamos y agradecemos un buen trato, este es un principio básico del arte de convivir. Algunos piensan que la amabilidad, la consideración y el buen trato, son algo así como un lujo, algo pasado de moda o inclusive una perdida de tiempo o un signo de debilidad, pero en verdad el respeto, la tolerancia y la cortesía son además de una necesidad... un derecho del ser humano.
Convivir implica, aprender a vivir en armonía y en paz con los demás y con nosotros mismos, desarrollando ese sentido de fraternidad que nos permita entregar y tomar lo mejor de cada uno de nosotros. Vivir con amabilidad y cortesía, implica realizar una serie de actuaciones cotidianas, pequeñas casi imperceptibles pero que hacen posible que podamos tener una mejor calidad de vida al relacionarnos con los demás, de una manera mas positiva. En el trabajo, en la familia, en los espacios públicos, en el estacionamiento, o en el supermercado nuestro comportamiento denota buen o mal trato. El tono fuerte que utilizamos al hablar, al saludar, el no mostrar nuestro agradecimiento, el no mirar a los ojos, el no ceder el paso, o peor aun gritar o insultar a los demás, cualquiera de estas actitudes puede ser una forma de agresión.
Todos soñamos con vivir en una mundo lleno de felicidad y armonía, donde todos seamos amigos de todos y no existan tantas diferencias y conflictos. ¿Pero que hacemos nosotros para que este sueño sea una realidad? En que momento dejaremos de ser parte del problema para convertirnos en parte de la solución? Día a día tenemos que enfrentarnos con un mundo duro e impersonal, lleno de competencia, estrés, frustraciones, miedos, limitaciones e inseguridades que hacen que maltratemos sin darnos cuenta a los demás. Que fácil seria iniciar el contacto con un conocido o desconocido con un saludo, una sonrisa, una frase amable, un apretón de manos, una palmadita en la espalda, un gracias, una frase de reconocimiento ... tener detalles pequeños que puedan mejorar las relaciones. Tratar bien a los demás es realmente una inversión pues todo lo que entregamos con limpieza de corazón el universo se encarga de devolvérnoslo y nuestro granito de arena es necesario para hacer de este planeta un mundo mejor. Cada vez que algo nos cause malestar, y la ira se apodere de nosotros y sintamos el impulso de descargarnos en alguien cercano, que además no tenga nada que ver con nuestro malestar, debemos detenernos y preguntarnos si con nuestra actitud vamos a solucionar el problema. Aprendamos a calmarnos, tomando unas cuantas respiraciones profundas antes de dejarnos llevar por la reacción y la emoción. Podemos guardar silencio mientras la otra persona nos habla, sin interrumpirlo y sin juzgarlo. Comunicarse dentro de un ambiente de respeto a pesar de las diferencias de ideas, puede contribuir con una relación sana y armoniosa. Seamos mas amables, especialmente con nuestros seres queridos. Muchas veces somos mas amables y atentos con los extraños que con las personas que amamos. Es importante saludar, sonreír, dar las gracias, usar frases amables y cariñosas para desearles lo mejor a los demás. En la medida en que nos hacemos responsables de lo que decimos y de lo que hacemos podemos corregir nuestros errores y aprender de ellos. Además nos es mas fácil pedir disculpas o perdón si fuese necesario. El pasado ya pasó y no puedes cambiarlo, perdona y deja que tus heridas afectivas sanen definitivamente. Dale paso a las cosas pequeñas y sin importancia y decide que nada ni nadie puede alterar tu paz. No te acuestes a dormir disgustado y sin hablarle a tus seres queridos. Es preferible guardar silencio si no puedes hacer un comentario positivo acerca de una persona. Muchas veces con nuestros comentarios negativos afectamos la imagen o la vida de alguien. Es muy importante que si tenemos alguna observación que hacerle a una persona se la hagamos a ella directamente. De vez en cuanto piensa en el bienestar de los demás y llénate de ese sentimiento positivo para realizar acciones pequeñas pero positivas y desinteresadas, dirigidas a contribuir con el bienestar de los demás...
La convivencia es algo tan puro e indescriptiblemente necesario que resulta imposible aceptarla si no se hace con todos los pros y los contras, con el bien y con el mal... es algo más importante, de nada sirve pensar que lo mereces todo si no has puesto nada de tu parte
Convivir implica, aprender a vivir en armonía y en paz con los demás y con nosotros mismos, desarrollando ese sentido de fraternidad que nos permita entregar y tomar lo mejor de cada uno de nosotros. Vivir con amabilidad y cortesía, implica realizar una serie de actuaciones cotidianas, pequeñas casi imperceptibles pero que hacen posible que podamos tener una mejor calidad de vida al relacionarnos con los demás, de una manera mas positiva. En el trabajo, en la familia, en los espacios públicos, en el estacionamiento, o en el supermercado nuestro comportamiento denota buen o mal trato. El tono fuerte que utilizamos al hablar, al saludar, el no mostrar nuestro agradecimiento, el no mirar a los ojos, el no ceder el paso, o peor aun gritar o insultar a los demás, cualquiera de estas actitudes puede ser una forma de agresión.
Todos soñamos con vivir en una mundo lleno de felicidad y armonía, donde todos seamos amigos de todos y no existan tantas diferencias y conflictos. ¿Pero que hacemos nosotros para que este sueño sea una realidad? En que momento dejaremos de ser parte del problema para convertirnos en parte de la solución? Día a día tenemos que enfrentarnos con un mundo duro e impersonal, lleno de competencia, estrés, frustraciones, miedos, limitaciones e inseguridades que hacen que maltratemos sin darnos cuenta a los demás. Que fácil seria iniciar el contacto con un conocido o desconocido con un saludo, una sonrisa, una frase amable, un apretón de manos, una palmadita en la espalda, un gracias, una frase de reconocimiento ... tener detalles pequeños que puedan mejorar las relaciones. Tratar bien a los demás es realmente una inversión pues todo lo que entregamos con limpieza de corazón el universo se encarga de devolvérnoslo y nuestro granito de arena es necesario para hacer de este planeta un mundo mejor. Cada vez que algo nos cause malestar, y la ira se apodere de nosotros y sintamos el impulso de descargarnos en alguien cercano, que además no tenga nada que ver con nuestro malestar, debemos detenernos y preguntarnos si con nuestra actitud vamos a solucionar el problema. Aprendamos a calmarnos, tomando unas cuantas respiraciones profundas antes de dejarnos llevar por la reacción y la emoción. Podemos guardar silencio mientras la otra persona nos habla, sin interrumpirlo y sin juzgarlo. Comunicarse dentro de un ambiente de respeto a pesar de las diferencias de ideas, puede contribuir con una relación sana y armoniosa. Seamos mas amables, especialmente con nuestros seres queridos. Muchas veces somos mas amables y atentos con los extraños que con las personas que amamos. Es importante saludar, sonreír, dar las gracias, usar frases amables y cariñosas para desearles lo mejor a los demás. En la medida en que nos hacemos responsables de lo que decimos y de lo que hacemos podemos corregir nuestros errores y aprender de ellos. Además nos es mas fácil pedir disculpas o perdón si fuese necesario. El pasado ya pasó y no puedes cambiarlo, perdona y deja que tus heridas afectivas sanen definitivamente. Dale paso a las cosas pequeñas y sin importancia y decide que nada ni nadie puede alterar tu paz. No te acuestes a dormir disgustado y sin hablarle a tus seres queridos. Es preferible guardar silencio si no puedes hacer un comentario positivo acerca de una persona. Muchas veces con nuestros comentarios negativos afectamos la imagen o la vida de alguien. Es muy importante que si tenemos alguna observación que hacerle a una persona se la hagamos a ella directamente. De vez en cuanto piensa en el bienestar de los demás y llénate de ese sentimiento positivo para realizar acciones pequeñas pero positivas y desinteresadas, dirigidas a contribuir con el bienestar de los demás...
La convivencia es algo tan puro e indescriptiblemente necesario que resulta imposible aceptarla si no se hace con todos los pros y los contras, con el bien y con el mal... es algo más importante, de nada sirve pensar que lo mereces todo si no has puesto nada de tu parte
2 comentarios:
comparto esa visión hacia la convivencia.
Te invito a visitar mi blog, que intenta aplicar ese principio básico e indispensable en las comunidades de vecinos y barrios.
http://micomunidadmihogar.blogspot.com/
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